
Venden el piso de arriba donde Cristina Kirchner cumpliría su condena en Argentina
Mientras cientos de personas sostienen una vigilia frente al domicilio donde Cristina Kirchner pidió cumplir su condena, agentes inmobiliarios intentan hacer negocio con el departamento del piso de arriba.
El edificio de San José 1111, en el barrio de Constitución, Ciudad de Buenos Aires, se convirtió en epicentro de la tensión política y mediática tras la confirmación de la condena a seis años de prisión contra Cristina Fernández de Kirchner. Mientras el Tribunal Oral Federal N°2 evalúa concederle el arresto domiciliario en ese domicilio, dos departamentos en el mismo edificio salieron a la venta. Uno de ellos, justo arriba del semipiso donde la expresidenta cumpliría su condena.
El caso se volvió viral en redes sociales por un insólito spot de dos jóvenes agentes inmobiliarios que promocionan la propiedad de 232 m² con una estrategia que banaliza y comercializa el contexto político: sugieren alquilar el espacio a medios para "cubrir" a la exmandataria, proponen generar molestias desde el techo o incluso llevarle facturas, en tono burlesco. "Un negociazo", dicen, dejando en evidencia cómo el mercado puede intentar hacer negocio en un momento de alta sensibilidad institucional.
El departamento está ubicado en el tercer piso del edificio de estilo señorial y tiene un precio de venta de 295.000 dólares. Posee siete ambientes, pisos de pinotea, techos altos y una distribución clásica que, según la inmobiliaria Mariana Stange, lo convierte en ideal para uso residencial o profesional. Sin embargo, la forma en que se intenta capitalizar su cercanía con Cristina Kirchner revela el nivel de oportunismo y desprecio por el contexto político y social en juego.
Cristina Kirchner reside actualmente en el segundo piso, en un inmueble que compró su hija Florencia en 2015 al exsecretario de Cultura Jorge Coscia. Desde que se confirmó la condena, la calle San José es escenario de movilizaciones, vigilias y muestras de apoyo político.
Este domingo, en plena celebración del Día del Padre, la expresidenta salió al balcón al menos tres veces para saludar a los cientos de militantes que sostienen una vigilia frente a su casa desde hace cinco días. Hubo cantos, banderas, aplausos y muestras de afecto hacia la líder del PJ. Desde el balcón de arriba, extendieron una bandera que decía "El amor vence".
El operativo de la Policía de la Ciudad durante la madrugada del mismo domingo intentó desalojar la esquina, retirando gazebos, carteles y estructuras montadas por los militantes, sin reportarse detenciones. El despliegue de 160 efectivos buscó desactivar la expresión popular organizada frente a la casa de Cristina, en un contexto de creciente tensión política tras el fallo de la Corte Suprema.
En este contexto, la figura de Cristina vuelve a ser transformada en mercancía simbólica: no solo desde el aparato judicial y mediático, sino ahora también desde el mercado inmobiliario, que intenta capitalizar su condena con lógica oportunista. Así, el debate sobre el Estado de Derecho y la calidad democrática en la Argentina queda desplazado por una narrativa de entretenimiento que banaliza el conflicto institucional y profundiza la polarización.