Trump ordena bombardeo “navideño” en Nigeria
Estados Unidos publica un vídeo de lanzamiento de misiles tras el ataque en el noroeste de Nigeria
La respuesta de nigeriana
El gobierno nigeriano no ha emitido declaraciones públicas sobre los bombardeos. Esta ausencia de pronunciamiento refleja un patrón de cooperación discreta que responde a factores concretos. Nigeria depende de entrenamiento, armas e inteligencia de Estados Unidos para enfrentar a Boko Haram, lo que genera una relación asimétrica donde Washington tiene capacidad de condicionar ayuda y cooperación. Los gobiernos africanos frecuentemente utilizan la narrativa de “guerra antiterrorista” como justificación para procesos de militarización interna, creando incentivos para mantener presencia militar estadounidense sin escrutinio público.
El vacío legal
Estos bombardeos operan sin marco jurídico claro. Estados Unidos no mantiene declaración de guerra formal con Nigeria ni con ISIS en ese territorio. Las operaciones de drones se ejecutan bajo autoridades ejecutivas expandidas posteriores al 11 de septiembre, sin supervisión regular del Congreso. No existen mecanismos internacionales vinculantes para verificar víctimas o revisar la legalidad de objetivos seleccionados.
Trump califica los ataques como “perfectos” sin proporcionar información sobre número de víctimas, identidad de los atacados, evidencia de afiliación a ISIS, verificación independiente de bajas civiles o base legal específica invocada para la operación.
La arquitectura militar en África
Estados Unidos mantiene presencia militar en más de 29 países africanos mediante AFRICOM, el comando establecido en 2008, bases de drones en Níger, Yibuti y Somalia, y programas clasificados de “capacitación” que frecuentemente encubren intervención directa. Esta infraestructura permite ejecutar bombardeos sin debate público estadounidense significativo, minimiza riesgo político de bajas propias, externaliza costos humanitarios a poblaciones locales y perpetúa una narrativa de “guerra contra el terror” sin límites temporales definidos.
Las operaciones clasificadas impiden conocer quién verifica la identidad de objetivos bombardeados, qué metodología se usa para contabilizar víctimas civiles y qué mecanismos existen para responsabilizar errores de inteligencia. Mientras Trump celebra sus “ataques perfectos” en redes sociales, las consecuencias en terreno permanecen sin documentación independiente verificable.