
Todos envejecemos, no podemos detenerlo, pero sí podemos retardarlo: Michelle Poulain
Estar expuesto a pantallas también genera un fotodaño en la piel. Aunado al estrés, el insomnio y las horas de ayuno a las que nos sometemos por las cargas laborales: un cóctel que acelera el envejecimiento. La doctora Michelle Poulain nos explica cómo podemos contrarrestarlo
En México no se hace medicina preventiva. Invertimos recursos en productos que nos dañan pero no invertimos en servicios que nos previenen de las consecuencias de los malos hábitos a los que nos lleva la inercia y el trabajo, explica la doctora Michelle Poulain, quien abre las puertas de Medit Medicina Estética y Anti Envejecimiento, “un refugio donde se despiertan los sentidos y donde cada detalle está diseñado para generar paz, confianza y renovación”.
Y es que en un mundo tan acelerado, a veces, dormir, comer y hasta tomar agua se convierten en temas en los que no pensamos durante el día, reflexiona la doctora, quien antes de iniciar con esta clínica, se enfrentó a los estragos de dejar la salud personal, en segundo plano.
¿Cuál es la historia detrás de Medit?
“Medit nació de un momento difícil, de esos que te obligan a reinventarte. Después de perder un contrato importante con la SCT, me encontré en un punto de partida inesperado. Lo que parecía un cierre, terminó abriéndome la puerta a una nueva etapa: una que conectara con algo que siempre me ha apasionado profundamente, el cuidado de la piel, el bienestar y la armonía interior”, explica la doctora, egresada de la Universidad Anáhuac.
“Desde muy joven, buscaba los mejores lugares para consentirme con un facial, soñando con encontrar un espacio donde no solo se cuidara la piel, sino que se viviera una experiencia sensorial: aromas que calman, luces que relajan, texturas que reconfortan. Así nació Medit: un refugio donde se despiertan los sentidos y donde cada detalle está diseñado para generar paz, confianza y renovación”.
¿Cuáles fueron los retos más fuertes a los que te enfrentaste?
Fue como perder todo y volver a empezar. Después de ese cubetazo de agua fría dije: ¿qué voy hacer? El primer reto fue la aceptación y el duelo. Analizar cuáles eran mis fortalezas para pensar en qué tenía que ofrecer. Y el tercer reto fue empezar.
Tenías mucha gente a tu cargo, ¿cómo estaba tu salud en ese momento?
Sí. Tenía gente trabajando conmigo, muchos clientes, enfermeras, doctores, secretarios a mi cargo, que de la noche a la mañana tuve que liquidar y despedir. Iniciar un proceso administrativo tan grande, te provoca muchísimo miedo.
La verdad me costó muchísimo. Desde tratamiento psicológico, psiquiátrico, afortunadamente tengo una red de apoyo impresionante con mi familia. Había días en los que no quería ni levantarme. Dudaba si era un buen camino. Al final lo más importante es avanzar.
Me tardé en levantar esta pequeña clínica y principalmente me enfoqué en que visualmente se vea muy bonita y que no solo sea un lugar en el que te vas a hacer tratamientos estéticos, sino que desde que llegas huele rico, escuchas música clásica, la iluminación no es tan intensa. Un lugar donde te puedas desconectar del exterior.
¿Qué es lo que ofrece la clínica?
Lo que hacemos es integrar el cuidado personal y el bienestar con la medicina estética. Porque el cuidado de la piel no solamente tiene que ver con una buena rutina de skincare sino desde la alimentación, el sueño, una buena hidratación. Nuestra piel refleja todas las decadencias que tenemos. La piel es un reflejo de cómo estamos por dentro también.
Queremos acompañar a la gente para crear un cambio poco a poco. Enfocándonos más en una medicina regenerativa. Ayudarle al cuerpo a utilizar lo que tenemos. Darle los nutrientes específicos para echarlo a andar. Para producir colágeno, elastina para ayudar a mejorar la hidratación. Todos estos tratamientos no son tan invasivos.
¿Qué es lo que convierte a Medit, en algo más que un servicio de belleza?
En Medit, creemos en la belleza real: la que nace del equilibrio, los cambios graduales y los resultados naturales. Más que un centro de medicina estética y antienvejecimiento, somos un espacio de reconexión, cuidado personal y acompañamiento profesional.
Porque Medit no solo es un proyecto. Es mi forma de decir que siempre se puede volver a empezar, que incluso en los momentos más inciertos puede nacer algo hermoso… y que sanar, por dentro y por fuera, siempre vale la pena.
¿Cómo saber que es momento de preocuparnos por los signos de la edad?
Uno piensa que la piel solo se mancha con el Sol. Estar expuesto a pantallas todo el tiempo también genera un fotodaño. Todos tenemos insomnio. Muchas horas de ayuno. Comemos pero no nos nutrimos. Yo les ayudo a generar un orden alimenticio para tener energía.
Todos envejecemos, es algo que no podemos detener. Esto es un acompañamiento para tener un envejecimiento más sano y hacerlo más retardado. Más con dignidad.