
Sheinbaum y su negociación maestra con Trump
La presidenta de México despliega una estrategia diplomática que equilibra seguridad y comercio, reforzando su liderazgo en el ámbito internacional.
En un movimiento sin precedentes, el Gobierno de México extraditó a 29 narcotraficantes a Estados Unidos, en el marco de una visita de altos funcionarios de seguridad mexicanos a Washington. Este hecho ocurre en un momento clave, cuando la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, evalúa la posible imposición de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas.
La extradición masiva ha sido interpretada como un gesto de buena voluntad por parte del gobierno de Claudia Sheinbaum, quien ha demostrado habilidad en la negociación con su homólogo estadounidense. La medida parece responder a las críticas de la oposición sobre presuntos vínculos del Gobierno con el crimen organizado y refuerza su compromiso con la seguridad y la cooperación bilateral.
Uno de los extraditados más relevantes fue Rafael Caro Quintero, un capo histórico que había eludido la justicia estadounidense durante décadas. A pesar de sus intentos por ampararse contra la extradición, fue entregado a las autoridades norteamericanas. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) celebró la acción con un comunicado en el que afirmó: “Caro Quintero, un capo del cártel que desató la violencia, la destrucción y la muerte en los EE.UU. y México, ha pasado cuatro décadas en la lista de fugitivos más buscados de la DEA, y hoy podemos decir con orgullo que ha llegado a los EE.UU., ¡donde se hará justicia!”.
Siguiendo con el ejemplo de los aranceles, en este pulso Sheinbaum también recurrió a su trayectoria académica, que parece moldear su estilo de gobierno metódico. Ante la amenaza de imponer aranceles a productos de México por una supuesta negligencia de su gobierno respecto a la migración irregular y el tráfico de fentanilo, la doctora en ingeniería energética no permitió que Trump mezclara los asuntos: una cosa es el narcotráfico, otra la migración y otra la economía.
Recalcó además que el narcotráfico es un problema bilateral, ya que en Estados Unidos es donde se registra el mayor consumo de drogas, con 107.500 muertos al año por sobredosis de fentanilo, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Frente a un Trump proclive a darle despliegue a la desinformación, la científica también prefiere formular conclusiones basadas en la evidencia. Cuando el líder republicano exigió rebautizar en Google Maps el Golfo de México como "Golfo de América", Sheinbaum respondió con mapas históricos del siglo XVII y sugirió irónicamente que Estados Unidos debería llamarse "América Mexicana".
Este episodio no solo representa una victoria para el combate al crimen organizado, sino que también podría facilitar la renegociación de los aranceles impuestos por Trump. Analistas políticos consideran que Sheinbaum está logrando equilibrar las presiones diplomáticas y comerciales de manera estratégica, con lo que se fortalecería la relación bilateral y se disiparía la amenaza de nuevos impuestos a las exportaciones mexicanas.
Con estos movimientos, la mandataria mexicana refuerza su imagen como una líder capaz de negociar en terrenos complicados, asegurando tanto estabilidad económica como reconocimiento internacional en la lucha contra el crimen.