 
 Salinas Pliego amenaza con “salvar” la política mexicana, ¿como Noboa hizo con Ecuador?
¿Los empresarios “salvarán” la política? El caso de Ricardo Salinas Pliego reabre un debate: ¿puede un magnate gobernar un país sin tratarlo como su empresa?
El destape de Ricardo Salinas Pliego por la Presidencia en México es la manifestación de un patrón peligroso que América Latina ha experimentado durante las últimas décadas: la seducción de los empresarios convertidos en salvadores.
La crisis de representación política en AL es terreno fértil para el florecimiento de narrativas seductoras: si estos hombres construyeron imperios empresariales, seguramente podrán “arreglar” países enteros.
Sin embargo, una democracia no funciona según las reglas del mercado. En una empresa, las decisiones y los objetivos están claramente definidos por las ganancias. En una democracia, el poder debe ser compartido, negociado y ejercido pensando en el bien común.
En Ecuador, Daniel Noboa representa el caso más reciente de este fenómeno regional. Hijo de un magnate, llegó al poder en 2023 a los 35 años, con credenciales académicas de Harvard y la promesa de resolver la crisis de seguridad que asfixiaba al país.
Su respuesta ha sido predominantemente militarista. Más de 120 mil operaciones conjuntas policía-ejército en los primeros seis meses, y la detención de casi 35 mil personas.
La crisis de seguridad en Ecuador es el síntoma de desigualdades económicas profundas, instituciones debilitadas y ausencia de oportunidades para millones de jóvenes. Problemas que no se resuelven con la lógica empresarial de la eficiencia y los resultados inmediatos.
Los casos de Mauricio Macri en Argentina, Sebastián Piñera, en Chile y Jair Bolsonaro, en Brasil, ilustran hacia dónde pueden derivar los gobiernos que priorizan la lógica empresarial por encima de la democrática.