Roemer: la punta del iceberg de un sistema que protege a agresores

El camino hacia la justicia para las víctimas de violencia sexual a manos de Andrés Roemer avanzó significativamente. La Corte Suprema de Israel rechazó la apelación presentada por el exdiplomático mexicano y ordenó su extradición a México, según informó este jueves el periodista israelí Yoav Etiel de Walla! News.

Paula Pissaco 22-04-2025 / 13:50:58


El juez Yosef Elron fue contundente al desestimar los argumentos de Roemer, quien buscaba que se le concediera asilo en Israel bajo el pretexto de que su persecución en México tenía tintes antisemitas. El magistrado subrayó que las supuestas acciones "en favor del Estado de Israel" que Roemer pudiera haber realizado, "si las hubo", no justificaban su solicitud de asilo ni su temor a enfrentar la justicia mexicana.


El juez señaló que escudarse en su identidad judía no era una razón válida para eludir responsabilidades, añadiendo que el ex diplomático debe ser tratado como cualquier otro criminal que se esconde en Israel para evitar ser procesado.

Esta decisión marca un paso crucial en el proceso de extradición, que aún debe completar algunos procedimientos administrativos y diplomáticos antes de que Roemer sea trasladado a México.


Un sistema de depredación sexual amparado por el poder


Andrés Isaac Roemer Slomianski, nacido en la Ciudad de México en 1963, construyó durante décadas una imagen pública de intelectual respetado, diplomático y figura cultural prominente. Sus credenciales académicas —estudios en el ITAM, la UNAM, Harvard y Berkeley— y su acceso a las élites políticas y culturales del país le proporcionaron un escudo de impunidad y le otorgaron posiciones de poder que, según las denuncias, utilizó sistemáticamente para victimizar a mujeres.


El caso salió a luz en 2021 cuando la bailarina Itzel Schnaas rompió el silencio y denunció públicamente el abuso sexual que sufrió a manos de Roemer. Su valentía abrió las puertas para que decenas de mujeres más compartieran sus testimonios, revelando un patrón depredador que se extendió por años.


Las investigaciones han revelado que su forma de actuar seguía siempre el mismo patrón. Citaba a sus víctimas con pretextos laborales, cambiaba el lugar del encuentro a último momento para llevarlas a su casa en la Colonia Roma, donde ocurrían las agresiones sexuales. Después intentaba comprar su silencio.


El pacto de silencio y la normalización de la violencia


Diana Murrieta, de la Asociación Civil "Nosotras para ellas", quien acompaña a varias de las víctimas de Roemer, explica cómo funcionaba este sistema de impunidad: "Durante 30 años operó con el mismo modus operandi. Resulta difícil creer que tanto él como su círculo cercano no percibieran que algo irregular estaba sucediendo. No afirmo que supieran completamente la naturaleza de sus acciones, pero es improbable que no notaran comportamientos cuestionables."

Murrieta señala que existieron indicios tempranos que fueron ignorados: "En 2011, el periodista Carlos Kuch publicó una columna denunciando comportamientos inapropiados de Roemer en la Embajada de San Francisco, específicamente con mujeres. Esto plantea la pregunta: ¿por qué en 2011 se normalizaba esta conducta al punto de limitarse a escribir una columna en lugar de apoyar a las posibles víctimas o incentivar la denuncia formal? Esto evidencia claramente la existencia de un pacto patriarcal entre sus círculos sociales."


La ruta de la evasión y captura


Tras verse acorralado por las múltiples denuncias, Roemer huyó de México hacia Israel en 2021, aprovechando su ascendencia judía para intentar evitar el proceso judicial. Su estrategia fue clara: presentarse como víctima de persecución antisemita mientras las autoridades mexicanas, a través de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, emitían tres órdenes de aprehensión por violación agravada.


La Interpol emitió una ficha roja para su localización en 2022, mientras la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) congeló sus cuentas bancarias tras detectar millonarias transferencias a través de su organización "Poder Cívico", en un aparente intento por poner sus recursos a salvo.


El exdiplomático fue finalmente detenido en octubre de 2023 en Israel, después de que el departamento internacional de la Fiscalía estatal israelí presentara al Tribunal de Distrito de Jerusalén una petición para su extradición, según confirmó el Ministerio de Justicia israelí. En diciembre de 2023, se le permitió continuar su proceso desde su domicilio debido al conflicto entre Israel y Palestina, aunque la defensa de las víctimas aclaró que esto era simplemente un cambio de medida cautelar y que los procesos penales en su contra continuaban activos.

En marzo de 2024, un Tribunal israelí determinó que Roemer podía ser extraditado a México, decisión que el acusado impugnó inmediatamente. Esta impugnación es precisamente la que ahora ha sido rechazada por la Corte Suprema, sumándose a una serie de rechazos previos a sus intentos de evadir la justicia mexicana, incluyendo la reciente negativa de amparo por parte del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal en México.


Un sistema de justicia rebasado


Según Murrieta, el caso Roemer revela las graves deficiencias en el sistema de justicia mexicano: "En México, el 98.6% de los delitos sexuales no se denuncian. Las estadísticas son desalentadoras: de cada mil casos que ingresan a una fiscalía, solo cien llegan a una audiencia inicial y apenas uno termina con sentencia. Estamos ante un país donde prácticamente no hay condenas por delitos sexuales y donde el acceso a la justicia está reservado para personas privilegiadas, quienes además deben estar dispuestas a soportar procesos que pueden extenderse 4, 5 o hasta 10 años."


La abogada también señala un problema estructural clave: "La legislación establece solo un año como plazo para denunciar acoso o abuso sexual. Un periodo extremadamente corto en un contexto donde la violencia está profundamente normalizada, donde reconocerse como víctima representa un proceso psicológico complejo, y donde identificar a tu victimario como tal es igualmente difícil, especialmente cuando en la mayoría de los casos de violencia de género, el agresor es un familiar, pareja o una figura de autoridad."


Las víctimas mantienen la lucha


El rechazo a la apelación de Roemer representa un triunfo para las mujeres que, pese al miedo y la revictimización, decidieron alzar la voz. Las víctimas, muchas de las cuales permanecen en el anonimato por temor a represalias, han mantenido una lucha constante por la justicia. Su perseverancia, junto al trabajo de organizaciones como la Asociación Civil Nosotras para ellas y Periodistas Unidas Mexicanas (PUM), ha sido fundamental para mantener el caso vivo y presionar a las autoridades de ambos países.

Murrieta destaca la importancia del trabajo colectivo en este caso: "Este logro fue posible gracias a la unión de mujeres articuladas en el Me Too que ni siquiera existía formalmente en México. Sin ese contexto, este caso jamás habría avanzado. La fuerza colectiva fue determinante: si no hubieran sido tantas mujeres unidas, si la sociedad civil no se hubiera involucrado activamente, probablemente ningún despacho habría asumido el caso con la determinación necesaria. El resultado es producto de múltiples factores."


Un caso de estudio para el cambio estructural

Según Diana Murrieta, más allá del caso particular, las denunciantes buscan generar un cambio sistémico: "Estamos ante un caso que probablemente marcará un hito en la historia de la lucha contra la violencia sexual en México. Las denunciantes no buscan centrarse en su experiencia personal traumática, sino que aspiran a que este proceso se convierta en un caso de estudio que impulse transformaciones estructurales. Es momento de debatir seriamente sobre la prescripción de los delitos sexuales, analizar críticamente el pacto patriarcal, crear espacios laborales verdaderamente seguros, desarrollar mecanismos efectivos para que la sociedad acompañe a las víctimas, y reformar un sistema de justicia completamente rebasado."

Este caso va más allá de la figura de Andrés Roemer. Se trata de desmantelar un sistema que permite a hombres poderosos abusar sexualmente de mujeres durante décadas con total impunidad, y de enviar un mensaje claro: ni la fama, ni el poder, ni las conexiones internacionales eximen a nadie de rendir cuentas.


¿Qué sigue para Roemer?


Actualmente, Roemer se encuentra en espera de que se complete el proceso de extradición tras el rechazo de su apelación. Hasta el momento, el gobierno de México ha presentado un total de tres órdenes formales para solicitar su extradición, mientras que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México mantiene tres órdenes de aprehensión pendientes contra él por violación agravada y diversos delitos sexuales.


Aunque la orden de extradición ha sido ratificada por la Corte Suprema israelí, aún no se ha establecido una fecha exacta para el retorno de Roemer a México. Las autoridades de ambos países deberán coordinar los detalles logísticos del traslado.


Lo que sí es claro es que, cuando pise suelo mexicano, enfrentará múltiples procesos por los más de 60 casos de violencia sexual que se le imputan. El caso representa una prueba de fuego para el sistema judicial mexicano y su capacidad de procesar casos de violencia sexual perpetrados por figuras influyentes.

Mientras tanto, las víctimas siguen esperando que llegue el momento de declarar frente a un tribunal y lograr la justicia que han buscado durante años. Como señala Diana Murrieta: "Lo menos importante de este caso es él." Lo verdaderamente relevante es visibilizar y transformar un sistema estructural que ha fallado históricamente a las víctimas de violencia sexual.

Paula Pissaco