
Por “diluvio de balas” crean "El Arca de Noé de Sinaloa"
Al menos 700 animales están siendo movilizados de Culiacán a Mazatlán debido a que la guerra de los cárteles complica la atención veterinaria; fueron rescatados de decomisos, maltrato y posesión ilegal
El santuario Ostok se convirtió en escenario de una historia digna de la Biblia. Pero en lugar de un diluvio, lo que amenaza a estos animales es la inseguridad y la violencia que desde septiembre sacuden la vida en Sinaloa. Ostok, el santuario de fauna silvestre, anunció su cierre definitivo en Culiacán por falta de apoyo institucional e inseguridad. Por lo que más de 700 animales, incluidos tigres, leones, jaguares, osos, monos, antílopes, aves, elefantes y grandes felinos, son reubicados en Mazatlán, Sinaloa.
Los enfrentamientos que no paran en la entidad, provocan que médicos veterinarios y cuidadores no puedan llegar hasta el Santuario donde se encuentran estos animales, por lo que pasan hambre y dolor.
Todos fueron rescatados de decomisos, maltrato y posesión ilegal; han vivido ahí por cuatro años, pero hoy, la violencia les arrebata una vez más su hogar.
Por motivos de inseguridad y falta de apoyo institucional, el santuario Ostok anunció el cierre de sus instalaciones en Culiacán, Sinaloa, y el traslado de más de 700 animales silvestres al Bioparque El Encanto, en Mazatlán.
Durante una conferencia de prensa, Ernesto Zazueta Zazueta, presidente del proyecto, informó que el equipo tomó esta decisión ante un entorno que calificó como insostenible. Entre los principales factores, señaló la falta de personal veterinario, presuntas amenazas y la ausencia de respuesta por parte de autoridades ambientales, como la Profepa.
“El miedo se ha vuelto un factor cotidiano. No conseguimos especialistas dispuestos a entrar a Culiacán ni insumos médicos. Así no se puede operar un santuario”, afirmó.