Rituales: Política & fútbol

El fútbol es una catedral con sus propios ritos. Desde los cánticos e insultos coordinados en la grada, hasta los sollozantes himnos; desde las lluvias de papelitos hasta el You’ll Never Walk Alone de Liverpool, desde la coronación del campeón hasta el subcampeón que se descuelga la medalla: gestos que se instalaron un día y hoy son tradiciones intocables.

Del otro lado de la cancha, México inauguró este lunes un nuevo ritual político: la toma de protesta del Poder Judicial electo por voto ciudadano. Un hecho histórico que colocó a Hugo Aguilar Ortíz, indígena ñuu savi, como presidente de la Suprema Corte de Justicia, quien a su vez nombró al poeta náhuatl, Mardonio Carballo, al frente de Justicia TV, con la promesa de combatir clasismo y discriminación. La ceremonia estuvo marcada por símbolos inéditos: una toga bordada con flores, un bastón de mando en el logotipo oficial y las puertas abiertas por primera vez, con un arco floral diseñado por los pueblos originarios de Iztapalapa.

Y entonces los potentados, la comentocracia fifí, la caterva de racistas de siempre, pusieron el grito en el cielo. Que si la toga no era “formal”, que si la Corte parecía feria, que si la ceremonia de entrega del bastón de mando era "poco institucional". Como si la tradición no pudiera comenzar un día cualquiera con un nuevo gesto de reconocimiento inédito a nuestros pueblos.

El Poder Judicial, que históricamente sirvió a los potentados, hoy pone en el centro a los pueblos que durante siglos fueron enviados a la tercera división.

Hoy un indígena oaxaqueño está al frente del máximo tribunal de justicia de México y aunque les moleste a los pequeñoburgueses, déspotas, racistas y clasistas de toda la vida, es una excelente noticia.

Ordene usted, ministro presidente, bienvenido por la puerta grande, junto con las flores, los bordados y los bastones de mando. El partido está comenzando.

Créditos de fotografía: Abraham Cadena