Pedro Pascal se puso la camiseta por las morras trans

En tiempos de retroceso de derechos, una camiseta con tres palabras —“Protect the Dolls”— se convirtió en símbolo de resistencia. Pedro Pascal la llevó al centro de la cultura pop, pero su historia viene de mucho antes: del ballroom, de las calles, y de una comunidad que sigue luchando por existir.

Paula Pissaco 30-04-2025 / 10:09:05

Una frase breve, impresa en una camiseta blanca, ha desatado un gesto político que atraviesa moda, redes y afectos familiares: “Protect the Dolls”. El actor Pedro Pascal la ha llevado con orgullo en más de una ocasión pública, incluyendo su cumpleaños y la premier de Thunderbolts de Marvel Studios. Pero el mensaje no es una ocurrencia de marketing. Es una declaración con historia, destinatario y urgencia.


“Protect the Dolls” no es un eslogan nuevo. La frase nació en los ballrooms de los años 80, espacios de resistencia afro y latinx donde las mujeres trans eran —y siguen siendo— “las dolls”: figuras centrales de una comunidad que se abría paso a fuerza de pasos de voguing, pelucas y coraje. El diseñador Conner Ives recuperó esta frase en su colección otoño/invierno 2025, pocos días después de que la actriz Hunter Schafer denunciara que su nuevo pasaporte estadounidense ya no reconocía su identidad de género. Un retroceso alarmante que no se quedó en los documentos.


Ives, con una postura explícita, decidió donar el 100% de las ganancias de la camiseta a Trans Lifeline, una organización que brinda apoyo emocional y económico a personas trans, especialmente frente a las crecientes tasas de suicidio en esta población. Desde entonces, la camiseta se convirtió en símbolo y bandera.


El gesto de Pascal, sin embargo, le dio visibilidad global. No es solo un actor querido por Hollywood: es un hermano. Su vínculo con Lux Pascal, actriz y activista trans que salió públicamente en 2021, ha sido un faro de apoyo constante. “No hay razones para esconder quién soy”, ha dicho Lux sobre lo que aprendió de él. Su cercanía no es performática. Es afectiva, política y pública. No sorprende que en su fiesta de cumpleaños, Pedro usara la camiseta mientras sonaba la música de Honey Dijon, DJ y figura trans de la escena internacional.


Poco después, el cantante Troye Sivan la usó en Coachella, y Tilda Swinton posó junto a Haider Ackermann vistiendo la misma prenda. Las redes rebautizaron el fenómeno como Protect the Dolls Summer, una temporada de visibilidad queer que nace del dolor, pero también de la colectividad.


No es coincidencia que todo esto ocurra mientras las legislaciones en Estados Unidos y Reino Unido endurecen su postura contra las personas trans. Desde la negación de acceso a la salud hasta la imposición del sexo asignado al nacer en documentos oficiales, las políticas tránsfobas avanzan.


En Reino Unido, la Corte Suprema acaba de excluir a mujeres trans e intersexuales de la protección legal bajo la Ley de Igualdad. Un fallo celebrado por figuras como J.K. Rowling, a quien Pedro Pascal no dudó en llamar —con todas sus letras— una “desagradable perdedora”.

La camiseta se vende por 87 euros y, según su creador, pasó de tener 30 pedidos mensuales a más de mil. No es una tendencia vacía: es una estrategia de recaudación, de posicionamiento y de respaldo.


En un contexto de retrocesos normativos, discursos de odio y exclusión institucional, proteger a las “dolls” es más que una consigna estética. Es un acto de cuidado radical. Protegerlas no es moda: es urgencia. Porque la moda no es neutral. Nunca lo fue. Y hoy más que nunca, puede y debe incomodar.

Paula Pissaco