
Palestina Libre: Las raíces de la resistencia crecen en un bosque de Puebla
Un bosque llamado Palestina Libre, justo donde el basurero pensó que tenía la última palabra.
Cuando alguien diga que luchar no vale la pena, debes de recordar que la gente de San Pedro Cholula en Puebla logró rescatar un bosque de que siguiera siendo un tiradero de basura.
Desde el 9 de junio de 2024 se impulsó un esfuerzo colectivo sin precedentes para sanar el suelo degradado por años de abandono y contaminación, producto de las operaciones de la empresa PRO-FAJ Hidrolimpieza en Cholula Puebla.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció que quiere seguir tirando basura, sin embargo, los pueblos cholultecas se unieron y en un intento por rescatar su territorio del sector privado, se encontraron con que toda el agua que consume el pueblo está contaminada con todo tipo de metales pesados.
Este basurero recibe basura de diferentes estados de la república y de la ciudad de Puebla, pero con organización y amor por la tierra, los vecinos lograron frenarlo. Ahora, están haciendo un proceso de siembra nativa como el fresno o maguey para recuperar el bosque.
Pero el pueblo necesita más ayuda. La página "Somos Fuego" recauda y comparte información al respecto, para apoyar con donaciones o jornadas de trabajo en el bosque, ya que el pueblo le ha dado seguimiento a esta recuperación.
“Les seguimos invitando a la siembra de árboles para combatir la contaminación que dejó el basurero en nuestra región. Pueden sumarse trayendo especies nativas como: Maguey pulquero, Huizache, Tronadora, Romero, Salvia, Adelfa, Lantana de tamaño mediano o grande y herramienta para sembrar” dice Somos Fuego en redes sociales.
Esta comunidad bautizó al bosque con el nombre de Palestina Libre, haciendo un homenaje al pueblo palestino en estos momentos límite para su existencia. Este espacio, antes dominado por un vertedero ilegal que sembró enfermedad y muerte, se convirtió en un símbolo de resistencia por un futuro más limpio y justo.
Además, utilizar los territorios de pueblos indígenas u originarios para poner nuestros desperdicios es un problema de racismo ambiental. Por ello, se deberían de trabajar en políticas públicas para proteger el territorio de los pueblos mexicanos.