Niños ciudadanos de EE.UU. son deportados a pesar de interrumpir sus tratamientos contra el cáncer

Cada vez más niños ciudadanos de EE.UU., algunos con enfermedades graves, son deportados junto a sus padres indocumentados, exponiéndolos a riesgos de salud y seguridad en sus países de origen.

Mafer Alarcón 30-04-2025 / 10:16:40

EE.UU. – Las políticas migratorias implementadas en EE.UU. durante los últimos años han dado lugar a una crisis humanitaria creciente, particularmente en lo que respecta a las deportaciones de niños ciudadanos estadounidenses. Cada vez más niños, algunos con condiciones de salud graves, como el cáncer, son deportados junto a sus padres indocumentados, sin que se tome en cuenta su estatus legal ni las consecuencias devastadoras para su bienestar. Esta tendencia refleja un patrón más amplio que ha afectado a miles de familias mixtas, aquellas en las que los padres son indocumentados y los niños, nacidos en EE.UU., son ciudadanos.


En febrero de 2025, una familia mexicana fue deportada desde Texas a México. Entre sus hijos se encontraba una niña de 10 años, ciudadana estadounidense, que se encontraba en tratamiento para la recuperación de un cáncer cerebral. La familia, que había viajado en varias ocasiones a Houston para recibir tratamiento médico para la niña, fue detenida en un control migratorio y deportada a México, a pesar de presentar documentos médicos que explicaban la situación de salud de la menor. Esta es solo una de muchas historias de familias separadas y deportadas, cuyo impacto sigue creciendo con el paso del tiempo.

De acuerdo con datos de la organización Center for American Progress, aproximadamente 8.5 millones de personas en EE.UU. viven en hogares de estatus mixto, donde al menos uno de los padres es indocumentado y los hijos son ciudadanos. Esta situación coloca a miles de niños en una posición vulnerable, ya que, si los padres son detenidos, los niños corren el riesgo de ser deportados junto a ellos, incluso si son ciudadanos estadounidenses.


La deportación de estos niños, a menudo sin considerar su salud, ha puesto de manifiesto una crisis migratoria que no solo afecta a las familias, sino que también socava los derechos de los niños a vivir en condiciones seguras y recibir atención médica adecuada. En muchos casos, los niños, que dependen de tratamientos médicos esenciales, como en el caso de la niña de 10 años, se ven obligados a abandonar el país y enfrentarse a la interrupción de sus cuidados médicos.


La situación empeora: nuevos casos de deportación de niños con necesidades médicas graves


Es ahora en abril de 2025, que tres nuevos casos reflejan la continuidad de esta crisis. Tres niños ciudadanos estadounidenses, entre ellos una niña de 4 años que recibe tratamiento para un cáncer metastásico, fueron deportados junto a sus madres. Los casos ocurrieron tras detenciones durante reuniones rutinarias del Programa de Supervisión Intensiva de Comparecencias (ISAP) en Louisiana. La niña, que dependía de atención médica continua, fue detenida con su madre y deportada a Honduras en menos de 24 horas. Lo que es aún más alarmante es que el proceso de deportación se ejecutó sin que se les permitiera apelar ni acceder a representación legal adecuada.


Otro caso similar involucró a una madre que fue detenida junto a sus dos hijos de 4 y 7 años, también después de una cita rutinaria con autoridades de inmigración. Durante la detención, los oficiales confiscaron sus documentos y, sin previo aviso, los niños y su madre fueron deportados a Honduras. Los niños, que también son ciudadanos estadounidenses, enfrentan ahora la interrupción de su atención médica crítica.


El impacto de las políticas migratorias en la salud de los niños


Este patrón de deportaciones masivas y aceleradas está teniendo un impacto físico y emocional devastador en los niños afectados. En muchos casos, los niños deportados requieren atención médica continua, ya sea para condiciones crónicas, como el cáncer, o para enfermedades graves como el síndrome de Long QT, que afecta al corazón. La interrupción de estos tratamientos puede ser letal, como lo ha demostrado la situación de los niños en estos recientes casos.


En países como Honduras y México, el acceso a la atención médica para migrantes indocumentados aunque ha sido incrementado sigue limitado. La falta de infraestructura y personal capacitado en estas regiones significa que muchos de los niños deportados no recibirán la atención que necesitan, lo que agrava aún más su situación.


La rapidez con que se llevan a cabo las deportaciones y la falta de consideración por la salud de los menores pone en evidencia las violaciones de derechos humanos que están ocurriendo bajo las políticas migratorias actuales. Las madres, a menudo sin acceso a información legal adecuada, no tienen una opción real sobre si sus hijos deben acompañarlos al ser deportadas. Las autoridades defienden estas deportaciones, alegando que las madres "optaron" por llevar a sus hijos, pero los abogados refutan esta afirmación, destacando que las madres no fueron debidamente informadas sobre sus opciones ni se les dio tiempo para apelar las decisiones.

Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, como la ACLU y el National Immigration Project, han señalado que este tipo de deportaciones no solo separan a las familias, sino que también violan los derechos fundamentales de los niños. Estas organizaciones han pedido al gobierno de EE.UU. que revise sus políticas y considere medidas como el parole humanitario, que permitiría a las familias regresar para continuar con los tratamientos médicos necesarios sin ser separadas.


Es esencial que el gobierno de EE. UU. cambie sus políticas para garantizar que los derechos de los niños sean protegidos, independientemente del estatus migratorio de sus padres. Las deportaciones de niños ciudadanos estadounidenses deben detenerse y se deben implementar procesos que aseguren que los niños no se vean privados de la atención médica y el apoyo que necesitan para vivir.



Mafer Alarcón