La Lucha Palestina a través de los ojos mexicanos: Una conversación con Débora Poo

Platicamos con Débora para entender qué piensan los mexicanos cuando escuchan hablar de Palestina y por qué este tema nos debería importar tanto como cualquier problema local. Su energía es contagiosa y sus argumentos, sencillos pero profundos, buscan derribar mitos e inspirar a la acción.

Juliana Bao 29-09-2025 / 12:36:52


México, con su rica historia de solidaridad y su postura tradicional en política exterior, se encuentra en una encrucijada frente a la causa palestina. Aunque las calles se han llenado de manifestaciones y las redes sociales de información, muchos se preguntan: ¿qué puede hacer realmente un país como el nuestro ante un conflicto que parece tan lejano? Para la internacionalista y experta Débora Poo, cuya trayectoria en la causa palestina es larga y heredada de sus padres, la respuesta es clara: puede hacer mucho más que solo declaraciones. 


¿Qué opinas de la postura de "México primero, luego Palestina"?


Débora no lo duda ni un segundo: es una idea que no comprende el mundo interconectado en el que vivimos. "El sistema económico, político y cultural está totalmente correlacionado", explica. "Lo que afecta a una región, se siente en todo el mundo”. Tal vez la prueba más clara es que estamos hablando de este tema en un idioma distinto al de los palestinos.


Para ella, la lucha palestina es una prueba de fuego para la humanidad. "Como decía el presidente colombiano Petro, Palestina es el ejemplo de que nos puede pasar a cualquiera.” El imperialismo, el capitalismo y el colonialismo pueden saquear y acabar con quien sea. Ahora es Palestina, pero en cualquier momento puede ser México, Argentina, Venezuela...Su frase clave, que repite con convicción, es: "Nada humano me es ajeno, sea Palestina o México".


¿Quién financia la causa palestina en México?


La respuesta es reveladora: nadie. Es un trabajo social no remunerado, Poo afirma con una sonrisa un poco cansada. "¡Ojalá alguien me diera casa, comida y comida para mi perra para seguir trabajando!".


El activismo nos cuenta cómo se sostiene a pulso. Muchas veces estos colectivos hacen colectas, o venden calcomanías o insumos de lucha para poder costear hasta el transporte para ir a una manifestación. Es un trabajo de amor, convicción, y humanidad, y no de recursos.


 ¿Qué opinas de quienes se mantienen neutrales?


Aquí, el tono de Débora se vuelve más serio. "Esto no es una guerra, es un genocidio. Por ello, no podríamos hablar de neutralidad, porque hay un opresor y un oprimido". Insiste en que no se trata de un conflicto religioso o político aislado, sino de una realidad histórica: un apartheid que el pueblo palestino sufre desde 1948.


"El pueblo palestino lucha por su liberación contra una ideología supremacista", aclara. "No llegaron a querer compartir y convivir con las comunidades originarias, y durante más de 77 años se han dedicado a 'limpiar el territorio', en lo que se conoce como limpieza étnica". Su postura es firme: "No creo en la neutralidad. Quedarse callado es dejar que pase la injusticia. Hay que tomar un lado, y siempre me gusta esperar que sea el del oprimido".


 ¿La violencia de género se relaciona necesaria y únicamente con los países árabes?


"¡Para nada!", exclama Débora, rompiendo un estereotipo común, impacta de hasta dónde llegan las narrativas patrocinadas por el poder en los medios de comunicación. "La violencia de género se relaciona con el capitalismo y el patriarcado, y está en TODAS las religiones". Señala que los medios de comunicación han creado un enemigo común: el árabe. "Además, la gente cree que árabe es igual a musulmán, cuando en realidad en los países árabes hay judíos, musulmanes, cristianos, etc.”. 


Poo critica la imposición de un feminismo occidental que no necesariamente aplica a todas las realidades. "Creo que no tienes el derecho de prohibir el velo a una mujer, y tampoco tienes el derecho de imponérselo. La mujer tiene el derecho y la autonomía de decidir si quiere o no usar un velo". Occidente, con esta creencia de superioridad moral opina, pero no puede imponer sus valores feministas sin entender otros contextos.


¿Qué le dirías a la gente que piensa que las imágenes de niños muriendo en Gaza son un montaje?


Débora suspira profundamente. "Hay medios internacionales, asociaciones e instituciones en todo el mundo documentando un genocidio en vivo y en directo". Explica que, biológicamente, los niños son los más susceptibles a las hambrunas, lo que hace que la crisis sea aún más visible y devastadora.


"Qué lástima que lo duden", se lamenta. "Caen en las narrativas de algunos medios. También es parte de querer cerrar los ojos ante esta tragedia y decir 'no, esto es verdad, es mentira', para justificar el 'no me importa'".


¿Qué tan legítimo es relacionar a Palestina con "terrorismo" y con Hamás?


Débora pide precisión histórica y legal. "Hamás es un partido político. Tiene un ala armada, como casi todos los partidos palestinos, porque viven una situación extraordinaria, viven una ocupación ilegal determinada por la Corte Internacional de Justicia". Argumenta que el Derecho Internacional, establece que "los pueblos tienen derecho a la resistencia armada" y más cuando enfrentan una injusticia sistemática.


"El sistema internacional no ha hecho nada efectivo para detener a Israel. Hay una ridícula cantidad de resoluciones de la ONU incumplidas, opiniones de la Corte... Los palestinos tienen derecho a resistir. Ni Hamás ni los grupos de resistencia palestina son 'terroristas'; son grupos que luchan por su país, como nosotros tuvimos en su momento a los independentistas o al EZLN".


Israel no es un estado judío, es un estado sionista: ¿Qué es el sionismo?


Esta es una distinción crucial para Débora. Explica que existe un "sionismo cristiano evangélico" que cree que los judíos deben "regresar" a Tierra Santa para que se cumplan unas profecías bíblicas. Por otro lado, está el "sionismo judío supremacista", que no es religioso sino político.


"Israel pudo ser construido en varios lugares, como Argentina o Uruguay. Terminó en Palestina por intereses geopolíticos del Reino Unido, y usaron la narrativa religiosa para justificarlo". Destaca un punto clave: "Mucha gente no sabe que hay palestinos judíos, musulmanes, cristianos y no religiosos. Se confunde la idea de pueblo con grupo religioso. Los judíos son una religión, no un pueblo con derecho a desplazar a otro porque hace tres mil años alguien dijo que les pertenecía ese territorio".


Para quienes creen en la narrativa sionista evangélica, Débora lanza una pregunta contundente: "¿De verdad creen que un Dios estaría a favor de un genocidio y de todos los horrores que se están cometiendo contra el pueblo palestino?".


Al final de la charla, queda claro que para Débora Poo, la causa palestina no es un tema lejano, es un espejo en el que México puede verse reflejado, un llamado a entender que la dignidad humana no tiene fronteras y que la verdadera solidaridad va más allá de un like o una declaración: exige acción, coraje y la valentía de ponerse del lado correcto de la historia.


Juliana Bao
Periodista y actriz