
La gentrificación que no fue: 700 hectáreas de desarrollo inmobiliario, el verdadero negocio detrás del aeropuerto cancelado de Peña
Un nuevo Santa Fe que vendría a gentrificar la zona nororiente de la CDMX es el jugoso negocio por el cual el Gobierno priista de Enrique Peña Nieto, luchó por construir un “nuevo aeropuerto” en los territorios en los que ha resurgido nuevamente, un majestuoso lago.
El proyecto del sexenio de Enrique Peña Nieto, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), nunca se inauguró. Fue cancelado en 2018 por Andrés Manuel López Obrador, después de un referéndum no vinculante en el que la mayoría de los votantes rechazaron la construcción del aeropuerto en Texcoco, donde ahora está el Parque Ecológico Lago de Texcoco.
En lugar del megaproyecto se construyó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en la base aérea de Santa Lucía. La realización de este proyecto implicó la cancelación de otro. El Nuevo Aeropuerto Internacional de México, propuesto y comenzado durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, pero cuya historia se remonta al gobierno de Vicente Fox.
En octubre de 2001, Vicente Fox, entonces presidente de México, anunció la construcción de una nueva terminal aérea en la zona de Texcoco. Su gobierno expropió 5,391 hectáreas que abarcaban los municipios de San Salvador Atenco, Texcoco y Chimalhuacán, afectando a más de 4,000 familias. En 2002, ante la presión de los ejidatarios de San Salvador Atenco, el gobierno federal anunció la cancelación del megaproyecto y construyó una segunda terminal en el AICM como solución a corto plazo.
En 2014, el entonces presidente Enrique Peña Nieto relanzó el proyecto en Texcoco sin consultarlo primero con los ejidatarios, luego de solicitar estudios para las alternativas para un nuevo aeropuerto.
De acuerdo con el gobierno federal, su construcción fue avalada en Texcoco porque pasó los estudios aeronáuticos, hidrológicos, geotécnicos y ambientales que se necesitaban.
Inicialmente, se preveía una capacidad para 50 millones de pasajeros al año y después se extendió a 70 millones en una primera fase. El costo total del NAIM se calculó primero en 168,880 millones de pesos, pero en 2018 se actualizó el costo y quedó en 285 mil millones de pesos.
El conflicto detrás de esta obra pública era que violaba derechos humanos de los habitantes de municipios y alcaldías cercanas al NAIM, pues se advertían daños a la salud y calidad de vida de estos.
Uno de los arquitectos a cargo de su diseño fue Norman Foster, reconocido arquitecto británico, quien en 1999 ganó el premio Pritzker y en 2009 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Él fue responsable de construcciones reconocidas a nivel mundial, incluyendo la Hearst Tower en Nueva York, el aeropuerto de Beijing en China y el rascacielos conocido como The Gherkin en Londres, Reino Unido.
El otro arquitecto a cargo de la obra fue Fernando Romero, yerno de Carlos Slim. Él fue quien diseñó el famoso Museo Soumaya en la Ciudad de México.
El diseño estuvo inspirado en el escudo nacional, un águila devorando a una serpiente, encima de un nopal. La vía de acceso iba a tener elementos que hubieran simbolizado una serpiente; y el techo de la entrada evocará a alas de un águila en vuelo. Fue el lago de Texcoco donde, cuenta la leyenda, los mexicas vieron esa señal para elegirlo como lugar de asentamiento.
La forma de "X" que se puede apreciar desde una vista aérea era por la "x" en el nombre México, con una representación del Sol al centro como elemento que unifica.
En su fase inicial iba a tener 743 mil kilómetros cuadrados de superficie, centro de transporte con conexión al Metrobús y 96 puertas de contacto para abordaje.