
La comunidad en Yucatán realiza Festival Cultural contra la construcción de la Megacervecera Heineken
La cervecera de Países Bajos, Heineken, junto con las autoridades actuales, planean construir una fábrica gigante en el Anillo de Cenotes de Yucatán, lo que podría consumir cantidades masivas de agua en una región donde ya escasea, denuncian colectivos.
Heineken anunció una inversión récord de 2 mil 750 millones de dólares para construir una nueva planta cervecera en Kanasín, Yucatán, como parte del “Plan México” es una estrategia que refuerza el discurso sobre el desarrollo económico del país, pero ¿a qué costó?
La planta entrará en operación en el 2028, generará 300 empleos directos, 2 mil 500 indirectos y hasta 2 mil temporales durante su construcción. Pero más allá de ser una fábrica convencional, las autoridades destacan el proyecto con un enfoque de “sustentabilidad, innovación y diálogo con comunidades originarias”, eso asegura el gobierno de Yucatán.
Mientras que organizaciones y ciudadanos denuncian que el
proyecto podría contaminar el agua, agravar su escasez, afectar
territorios mayas y temen que la cervecera amsterdamesa, ponga en riesgo el agua de Kanasín.
Colectivos advierten que extraerá millones de litros de agua al año, justo en una zona donde ya hay escasez y contaminación por otras industrias alimentarias. Además, los grupos indígenas cuestionan si la “consulta indígena” realizada fue realmente transparente y si hay un estudio de impacto ambiental serio.
Por otro lado, Oriol Bonaclocha, CEO de Heineken México,
afirmó: “Confiamos en México, en su gente y en todo lo que podemos construir juntos”. La empresa, con 135 años de presencia en el país, cuenta con 18 mil colaboradores y 179 centros de distribución, pero ahora quiere más.
La empresa insiste en que su planta será "sustentable",
con sistemas de tratamiento de agua y energías renovables. Pero
la sociedad responde: "No basta con discursos verdes".
Grupos como Contraloría Social del Agua y la Asamblea Múuch’ Xíimbal exigen detener el proyecto hasta garantizar que no dañará el manto acuífero, vital para todo Mérida, además de priorizar el agua para la gente, no para empresas.
"Mientras hay tandeos, Heineken priorizará ganancias", denuncian. Y sobre todo exigen proteger la Reserva Cuxtal y el Anillo de Cenotes, áreas naturales clave donde justo se planea poner esta cervecera.
Desde el anuncio oficial realizado el 11 de junio, entre Palacio Nacional y Yucatán con la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Joaquín Díaz Mena, la sociedad civil no ha cesado en su rechazo a este proyecto.
Prueba de ello fue el Primer Festival Cultural por el Agua,
celebrado el pasado 13 de julio en Kanasín, donde las calles se llenaron de color, música y consignas, fusionando el arte con la protesta pacífica.
Este Festival Cultural tenía como principal función rechazar la instalación de la megafábrica de Heineken.
Bajo el lema "El agua no se vende, se defiende", jóvenes, familias y activistas se reunieron para exigir que “el agua es un derecho de todos” y que “no sea privatizada”. Con carteles, batucadas y hasta performances, criticaron que el gobierno y las empresas prioricen ganancias sobre el medio ambiente y el verdadero bienestar común.