
“Faltamos las putas”: trabajadoras sexuales exigen reconocimiento y justicia en CDMX
Las trabajadoras sexuales mexicanas salieron al centro de la Ciudad de México en conmemoración del Día Internacional de la Trabajadora Sexual; Como sociedad nos corresponde de exigir reconocimiento legal al trabajo sexual que se puede llegar a vincular con casos de trata de personas, violencia sexual y salud
Este lunes, las trabajadoras sexuales mexicanas salieron al centro de la Ciudad de México en conmemoración del Día Internacional de la Trabajadora Sexual, fecha que se celebra cada 2 de junio. La principal demanda de las manifestantes fue clara: “¡Respeto total al trabajo sexual!”.
Las trabajadoras estuvieron acompañadas por diferentes organizaciones como la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales y la Coalición Laboral Puteril. Marcharon con pancartas que decían: “El trabajo sexual no mata, mata el estigma” o “El trabajo sexual es trabajo”, con la finalidad de exigir al gobierno federal el reconocimiento legal de esta labor.
Este reconocimiento implicaría, entre otras cosas, la protección por parte de las autoridades, ya que muchas veces las trabajadoras han sido víctimas de violencia institucional, como la imposición de multas por ejercer su actividad. También se busca garantizar su derecho al acceso a la salud.
Durante la marcha, también se exigió justicia para las compañeras que han sido asesinadas en el ejercicio de su trabajo, y que son feminicidios que denunciaron permanecen silenciados e impunes.
Haciendo alusión a las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum (“llegamos todas”), las activistas dejaron un mensaje contundente alrededor de una fuente sobre Paseo de la Reforma: “No llegamos todas. Faltamos las putas”, se leía.
En la protesta también participaron trabajadores y trabajadoras sexuales de distintos sectores, desde clubes nocturnos hasta actores y actrices de la industria de contenidos para adultos. Uno de ellos fue Santi, activista de la Coalición Laboral Puteril, quien señaló que el estigma, la violencia y la censura son una constante que también les atraviesa, por lo que exigió la urgencia de políticas públicas que garanticen sus derechos humanos.
Finalmente, se denunció que el desinterés y la falta de consideración del gobierno federal hacia este sector es tal que ni siquiera existen estadísticas oficiales sobre cuántas personas ejercen el trabajo sexual. No obstante, según datos de la asociación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer en México, se estima que entre 500 mil y 800 mil personas se dedican a esta labor, de las cuales el 90 % son mujeres.
Ignorar a las trabajadoras sexuales es perpetuar una política que decide quién merece derechos y quién no. Resulta inaceptable que en pleno 2025 se siga criminalizando a mujeres por ejercer autonomía sobre sus cuerpos y medios de vida.
Como sociedad nos corresponde de exigir reconocimiento legal al trabajo sexual que se puede llegar a vincular con casos de trata de personas, violencia sexual y salud. Siendo el estado el responsable de garantizar lo que se supone que es básico: acceso a salud, justicia y dignidad. Porque mientras las autoridades sigan dando la espalda, las mujeres trabajadoras seguirán gritando en las calles que todas las vidas valen y también las de las putas.