Ejecutan a "El Panu", operador de Los Chapitos, buscado por Estados Unidos
Óscar Noé Medina González, alias “El Panu”, jefe de seguridad del grupo de Iván Archivaldo Guzmán y por quien se ofrecía una recompensa de cuatro millones de dólares, fue asesinado en un ataque directo dentro de un restaurante de la Ciudad de México.
El asesinato ocurrido la noche del 21 de diciembre en el restaurante Luaú, en la Zona Rosa de la Ciudad de México, encendió las alertas de las autoridades federales y capitalinas al confirmarse que la víctima principal fue Óscar Noé Medina González, alias “El Panu”, identificado como el tercer personaje más importante del grupo criminal de Los Chapitos, solo por debajo de los hijos de Joaquín Guzmán. El ataque fue directo y ejecutado con precisión: un sicario ingresó al local haciéndose pasar por cliente, se aproximó a la mesa y disparó en repetidas ocasiones con un arma calibre 9 milímetros, provocando la muerte inmediata del objetivo y dejando a una persona más herida.
En las primeras horas, la identidad del fallecido fue confusa. Su pareja, María José N., declaró que se trataba de un empresario hotelero de Mazatlán, versión que fue contradicha posteriormente por la madre de la víctima, quien lo identificó formalmente como Óscar Noé Medina González. Las investigaciones apuntan a que “El Panu” había llegado a la capital dos días antes desde Sinaloa, rentó departamentos vía Airbnb y se movía con aparente normalidad pese a ser un objetivo prioritario del crimen organizado y de agencias estadounidenses, que ofrecían hasta cuatro millones de dólares de recompensa por información para su captura.
De acuerdo con fuentes de seguridad y periodistas especializados, Medina González era jefe de seguridad y operador clave de Iván Archivaldo Guzmán, con historial ligado al trasiego de drogas, lavado de dinero y acciones violentas de alto impacto, incluido el “Culiacanazo” de 2019. Tras la caída de “El Nini”, su papel dentro de Los Chapitos se había fortalecido, lo que refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas entre facciones del Cártel de Sinaloa. La Fiscalía capitalina y la SSC mantienen abiertas las investigaciones, revisando cámaras y rutas de escape, mientras el caso confirma que la disputa del crimen organizado ha alcanzado espacios públicos y concurridos de la capital del país.