Destruyen manglares en Sinaloa para proyecto turístico privado

El equilibrio natural está en riesgo en Novolato, una zona de mangalres, donde se desarrolla un paraíso turístico; entre 2015 y 2020 Sinaloa perdió casi dos mil hectáreas de manglar, según la UNAM y la Conabio

Redacción La Audiencia 17-07-2025 / 12:33:49

En Isla Cortés, una franja costera del municipio de Navolato, donde el manglar actúa como barrera natural contra huracanes y es hábitat clave para aves migratorias y especies marinas, dicha vegetación fue destruida para iniciar los trabajos de construcción de un nuevo fraccionamiento turístico privado.


Sin contar con los permisos ni autorizaciones requeridas por ley, el proyecto, denominado comercialmente Manglares y promovido por la empresa Housesin Desarrollos, forma parte del régimen inmobiliario de Nuevo Altata, pero a la fecha no hay registro ni constancia oficial de que haya tramitado su cesión parcial de derechos sobre la manifestación de impacto ambiental (MIA) general que rige al macrodesarrollo, un trámite legal que vincula a los subproyectos con las obligaciones ambientales del plan maestro.


Nuevo Altata, ubicado en la península de Lucenilla, en la ensenada del Pabellón, abarca una superficie total de casi 25 hectáreas. La MIA para este último, con folio de expediente 25SI2002T0003, expedida en marzo de 2002 y renovada en mayo de 2025, especifica que en el predio hay mangle (Conocarpus erectus) y guayacán (Guaiacum coulteri), ambas especies protegidas por la NOM-059-Semarnat-1996.


Asimismo, establece que el ejemplar de mangle se dejaría en su sitio, mientras el de guayacán sí se removería con el desmonte del terreno. Sin embargo, la obra actual está eliminando porciones de manglar, contraviniendo directamente esta condición.


Entre las especificaciones establecidas en la MIA de 2002 para Nuevo Altata se encuentran prohibiciones claras: la explícita restricción de incrementar la densidad inmobiliaria de los lotes y de afectar las condiciones naturales de las zonas de manglar.

Se puntualiza que en dichas áreas quedaría prohibida la realización de actividades de relleno y construcción y que el mangle se dejaría en su sitio.


Asimismo, se exige no afectar las áreas de descanso, forrajeo, percheo o reproducción de aves, y en caso de proximidad a ellas, tomar medidas para mitigar impactos negativos como ruido o polvo. Pero la reciente obra viola esto, eliminando porciones del ecosistema.


Respecto al suelo, la MIA cataloga el impacto por desmonte y erosión como moderado, “permanente“ e irreversible. No obstante, esta descripción omite cualquier mención a los delicados suelos de manglar, lo que podría sugerir que las obras se ejecutarán exclusivamente en tierra firme, y no en los humedales costeros.


A pesar de ello, en el sitio ya hay trabajos visibles de desmonte, relleno, trazo de vialidades internas y plantación de palmeras a lo largo de las futuras calles. Estas obras han impactado una zona adyacente al ecosistema de manglar y la transformación del paisaje es notoria.

 

El avance de Manglares, de acuerdo con especialistas en medio ambiente, altera la dinámica ecológica de Isla Cortés, pues las obras hechas sin evaluación específica representan una amenaza para un ecosistema frágil y protegido.


Redacción La Audiencia