
Charly dos veces López: VIH, visibilidad y políticas públicas con enfoque de derechos
Activista, sociólogo y actual delegado nacional de la Red Gay Latino, Carlos “Charly” dos veces López defiende que el orgullo debe traducirse en acciones concretas todo el año. En esta entrevista, habla sobre su diagnóstico de VIH, la estrategia para territorializar el orgullo en las 16 alcaldías de la CDMX y la urgencia de transformar la visibilidad en política pública con enfoque de derechos humanos. “El orgullo no se hereda: se construye y se defiende”.
Para Carlos “Charly” dos veces López, el orgullo no es una fiesta que se limita a junio, ni una bandera que se iza para tomarse la foto. Es una declaración política que debe traducirse en leyes, presupuesto y políticas públicas que garanticen una vida digna para las personas LGBTI+ y para quienes viven con VIH. Activista desde hace más de una década, sociólogo y actual Delegado Nacional de la Red Gay Latino, Charly ha construido una trayectoria que atraviesa la academia, los medios de comunicación, la sociedad civil y el diseño institucional.
“Vivir con VIH y hablarlo en voz alta también es hacer política pública”.
Esa decisión, que para muchas personas aún implica miedo, estigma y discriminación, ha sido para él una herramienta de transformación personal y colectiva.
“Pensé que tenía que esconderlo, que nadie me iba a querer. Pero cuando decidí hablarlo, incluso en televisión nacional, mi familia me abrazó. Y muchas otras personas se atrevieron también a hablarlo. La visibilidad salva vidas”.
Ese gesto de hablarlo públicamente no solo tuvo un impacto en su entorno inmediato, sino que también abrió espacio para que otras personas se reconocieran en su experiencia.
“Entendí que a veces una sola voz puede resonar en muchas otras que han callado por miedo. Y ese eco puede convertirse en política pública si las instituciones están dispuestas a escuchar”.
Desde su actual rol en la Red Gay Latino y en colaboración con la Administración Pública Capitalina, Charly impulsa una de las estrategias más innovadoras en materia de inclusión y combate a la discriminación: territorializar el orgullo. Se trata de llevar acciones concretas en salud, cultura, educación, prevención y derechos humanos a cada una de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, especialmente aquellas alejadas del centro político y cultural.
“Las personas con VIH enfrentan obstáculos enormes para acceder a un diagnóstico oportuno, a tratamiento constante y, sobre todo, a una vida sin discriminación. No podemos seguir esperando que recorran dos horas para llegar a un hospital. El Estado tiene la responsabilidad de llevar salud y derechos hasta donde están las personas, no al revés”
La estrategia parte de reconocer que el acceso desigual a los derechos es también una forma de violencia estructural.
El proyecto, presentado oficialmente ante la Jefa de Gobierno el pasado 17 de mayo —en el marco del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia—, se presentó en la creación de la Unidad de Atención a la Diversidad Sexual, acompañado de una estrategia interinstitucional para capacitar permanentemente al funcionariado público, fomentar la inclusión en programas sociales, y promover campañas de sensibilización basadas en evidencia científica y perspectiva de derechos.
Charly sabe que muchas de estas políticas no son nuevas, pero reconoce que su impacto ha sido históricamente desigual.
“Las alcaldías centrales tienen más acceso a información, servicios, espacios culturales. Pero en Xochimilco, donde crecí, asumir una identidad gay, morena, racializada, era exponerte a múltiples violencias. Yo tuve que migrar al centro para poder ser libre. Hoy, desde lo institucional, quiero evitar que otras personas tengan que hacer ese mismo trayecto para vivir con dignidad”.
Charly no solo ha sido parte de organizaciones civiles, sino que también ha ocupado cargos clave desde donde ha impulsado agendas de salud sexual, VIH, prevención y diversidad. Se asume como “El Unicornio de Troya” : una persona del movimiento LGBT+ que ha logrado insertarse en las estructuras gubernamentales para impulsar una transformación desde dentro.
“Lo que queremos es que el orgullo se convierta en política pública. Que deje de ser una fecha para la foto y se convierta en acciones de largo aliento. Necesitamos que las empresas, los gobiernos y las instituciones no solo pongan la bandera en junio, que contraten a personas LGBT+, que no despidan a nadie por vivir con VIH, que apoyen a organizaciones comunitarias todo el año”, sostiene.
Porque para Charly, el orgullo no se hereda: se construye y se defiende todos los días desde la política pública, la visibilidad y la comunidad. En tiempos donde los discursos de odio buscan retrocesos y silencios, él insiste en que vivir con VIH, ser una persona LGBT+ y ocupar espacios de decisión son actos profundamente políticos.
“No vamos a volver al clóset, ni al estigma, ni al silencio. Hoy, salir a marchar es decir con orgullo: aquí estamos, y no nos vamos a ir”.